viernes, 19 de agosto de 2011

Te extraño.

A veces siento como si tu pasaje en mi vida sólo estuvo en mi imaginación; que sólo en mis sueños apareciste y fuiste una ilusión. Siento que imaginé cada instante vivido a tu lado y que tu compañía en mi vida fue un simple momento hermoso que quedó grabado en mi pensamiento.
Es que todo esto lo generó el tiempo que llevo sin verte, sin abrazarte, sin escuchar tus sabias
palabras y consejos que quiero escuchar. Pensar que hace unos años atrás te podia mirar y pensar cuánto te quería -aunque lo sigo haciendo, cada día más-, y odiaba el simple echo de saber que un día te irías de mis manos. Un día que ya llegó, y esos momentos los anhelo con cada parte de mi ser.
Sé que vos querrías pasar todos los echos que me sucedieron a mi lado, apoyándome y dando todo de vos para mí. Yo también lo quería, pero el destino es el encargado de marcar hasta las más profundas huellas que nos toca en este mundo.
Muy consciente soy que el tiempo vivido a tu lado no volverá y sólo me queda hablar con vos en un momento a solas, sabiendo que me escuchas y como podes me mandas señales; pero nada se compara al dulce sonido de tu voz, a las palabras que me decías y a los abrazos que me diste; el tiempo que me cuidaste se hizo muy importante y marcó gran parte de mi vida; una hermosa etapa que -prometo- nunca olvidaré ni reemplazaré por nada ni nadie en este universo.
Sólo pido que todo lo que estoy sintiendo ahora no te preocupe desde el lugar en que estas, ya que, en este planeta, las personas necesitamos desahogarnos; y como yo prefiero dejarlo todo en mi pensamiento (o escribirlo para mi misma), quiero dejarlo plasmado acá, para desahogarme, no del todo, pero una parte aunque sea.
Te amo, más que con mi vida misma; más que con todo el cariño que pueda alguien sentir.

En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar.