sábado, 30 de julio de 2011

Palpitar.

Sé que no me querés, que sentís nada más que una relación de amistad que cruza entre el meridiano que nos separa; que tenes una persona que te ama y que la amas. Mi cerebro lo procesa sin problemas; más mi corazón es el que tiene inconvenientes. Dime, ¿cómo hago? ¿cómo le digo que el ser al que él quiere, no necesita de nuestros sentimientos? Si acaso, no se merece éso. ¿Cómo hacer?
Mi corazón sólo busca comprensión; nunca entendimiento. Sólo quiere alguien que desgaste sus días en una pequeña preocupación hacia él. Que lo haga sentir querido. Aunque intente, no se conforma con todo el cuidado y cariño que le brindé toda mi vida, quiere alguien que le asegure que nunca está solo; que cuenta con un apoyo emocional, más allá de lo físico. Que le recuerde cada día lo valioso que es, y no sea simplemente una falsa ilusión.
Necesita de la compañía de otro corazón que lo ayude a seguir adelante cuando más lo necesite. Que lo cuide, lo respalde, proteja y por sobre todas las cosas, que lo ame.
Suele pensar que está pidiendo mucho, mucho para él. Me disgusta pensar que nadie lo note, nadie note lo lindo que sería que se uniera con otro palpitar y vivir unidos una vida; no maravillosa, si no, con todos los problemas que tengan que surgir para demostrar a todos la voluntad de cada uno de seguir unidos.
Sólo quería que se sintiera orgulloso de la compañía que le tocó.

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En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar.